Historia
Historia de nuestro centro
El actual Instituto de Enseñanza Secundaria, empezó a funcionar a principios de los años sesenta, por iniciativa de algunos padres de alumnos de la localidad, como Colegio Libre Adoptado. Las clases se impartían en un edificio de la calle San Roque. Era controlado y subvencionado, en parte, por el Ayuntamiento. Los alumnos pagaban una cuota de 230 pesetas mensuales, con la que se pagaba al profesorado (dos licenciados y, el resto, maestros del pueblo). En esta época pertenecía al Instituto de Puertollano (Ciudad Real).
En el año 1966 pasó a depender de Peñarroya (Cordoba), y en el 1968 asignaron este Centro al Instituto «Luis Chamizo» de Don Benito (Badajoz), empezando a funcionar como sección delegada de ese Instituto. En el mes de abril del mismo año, las clases comienzan a impartirse en el actual edificio, construido en los terrenos donados por Doña Amparo Balmaseda. Desde entonces ha sufrido distintas modificaciones y ampliaciones.
En el año 1974 se transformó en Instituto de Bachillerato y posteriormente en Instituto de Enseñanza Secundaria y Bachillerato al adaptarse a las sucesivas leyes de Educación.
Don Diego Francisco Muñoz-Torrero y Ramírez Moyano nace en Cabeza del Buey el día 21 de Enero de 1761, reinando en España D. Carlos III. Fueron sus padres D. Diego Muñoz-Torrero, farmacéutico y preceptor de latinidad, y Doña María Francisca Ramírez Moyano. Estudió las primeras letras con su padre, que también le enseñó el latín; al cumplir los11 años se traslada a Salamanca, en cuya Universidad siguió los estudios de Teología y Filosofía. Por vocación escogió la carrera eclesiástica y a los 23 años ya era catedrático de Filosofía en dicha Universidad. En 1787 cuando sólo contaba 26 años fue elegido por unanimidad del claustro, Rector de la Universidad de Salamanca.
Iniciada la guerra de la Independencia, es elegido por la provincia de Extremadura, Diputado a las Cortes Generales y extraordinarias que se reúnen en la ciudad de Cádiz.
Inauguran las Cortes sus sesiones el día 24 de Septiembre de 1810. El primer diputado que interviene es D. Diego Muñoz-Torrero quien se atreve a hacer una serie de proposiciones que van a suponer una auténtica revolución y el nacimiento de una nueva España; entre ellas destacan: que la soberanía reside en el pueblo, la separación de los poderes, la inviolabilidad de los diputados.
También jugó un papel importante defendiendo la libertad de imprenta; en la abolición de la Inquisición y sobre todo, en la elaboración de la Constitución.
Al volver a España Fernando VII, declara nulas todas las disposiciones de las Cortes de Cádiz, y los participantes en las mismas son perseguidos y encarcelados. Muñoz-Torrero es apresado y recluido en el monasterio de Padrón en La Coruña, donde permanece 6 años, hasta que en 1820 tras la sublevación de Riego, es puesto en libertad. Nuevamente es elegido Diputado por Extremadura y las Cortes le nombran Presidente de su Diputación permanente. El Gobierno le nombra obispo de Guadix, pero el Papa no refrenda dicho nombramiento.
Instalado nuevamente Fernando VII, como Monarca absoluto, Muñoz-Torrero, huye a Portugal, donde también es perseguido por sus ideas liberales. Hecho prisionero es encarcelado en la Torre de San Julián de la Barra, donde tras sufrir horrendos tormentos, muere el día 16 de Marzo de 1829.